Uno de los defectos de la educación superior moderna es que hace demasiado énfasis en el aprendizaje de ciertas especialidades, y demasiado poco en un ensanchamiento de la mente y el corazón por medio de un análisis imparcial del mundo.
Bertrand Russell
En las siguientes líneas pretendo explicar a través de mis propias experiencias la capacidad que tiene la música para instruir cualquier contenido a las personas, de una manera fácil y entretenida por medio de armoniosos sonidos y cantos que son capaces de llevarnos al mejor de los mundos mágicos donde el aprendizaje se hace posible
El emplear la música como estrategia instruccional, permite la motivación en los alumnos despierta curiosidad, mantiene la atención y reduce la ansiedad produciendo efectos positivos.
Comúnmente se recuerda los cantos de infancia y si se observamos a los niños de la etapa inicial nos damos cuenta que fácilmente aprenden a base de cantos, de frases rítmicas acompañadas de aplausos entre otros recursos que se utilizan en la escuela, logrando calmar el espíritu sediento de diversión de los niños quizás sin saber el potencial que ello representa. Personalmente como niño era de los que se tranquilizaba al escuchar canciones como “La lechuza” ó “Los pollitos dicen”, cantos que en muchas ocasiones no sonaban tan afinados como el dulce acorde de una guitarra pero de igual manera lograban llenarme de paz.
Recordamos nuestra música, cantos de infancia, poemas bailes, pero ocurre lo siguiente, a medida que se va avanzando de etapa en etapa el contacto con la música es cada vez menor y los docentes recuren a los métodos tradicionales quedando esta reducida a la voluntad del maestro de incorporarla o no hacerlo como recurso para salir de la rutina. Sin embargo, el vínculo de los jóvenes y adultos hacia la música permanece fuera del escenario escolar.
Gracias a este vínculo hacia la música despertó mi interés por la historia, la literatura y el arte, algo que para mí era tan molesto y tedioso, el aprenderme sucesos pasados de personas que ahora no son más que hueso y polvo.
La música hizo que apreciara y respetara estos elementos logrando adquirir conocimientos de una manera casi mágica sobre hechos pasados.
En mi vida hubiera podido imaginar que me cautivara el poema “The Rime Of The Ancient Mariner” (La Balada Del Viejo Marinero) de Samuel Taylor Coleridge, ó tener algún interés sobre la “Batalla de Balaclava de 1854 durante la guerra de Crimea”, quizás nunca hubiera indagado sobre la “Mitología Griega” y la maravillosa historia de Dédalo y el vuelo de su hijo Ícaro, estas entre otras grandes historias que a mi corta edad no pudiera haber conocido si no fuera por la música, con ella todo lo imposible se hace posible logrando abrir mi mente a nuevos horizontes sin fronteras donde la libertad es el grito más fuerte de la nación.
La música es de vital importancia en la educación, especialmente por su marcada influencia en la evolución de los niños. Se han comprobado casos donde el estudiante progresa al incluir música en materias con poca aceptación, es decir con la aplicación musical se aumenta la participación y el dominio en actividades que anteriormente le eran tediosas específicamente las asignaturas de lengua y matemáticas.
Se puede aplicar estrategias en el aula, utilizando la música para permitir un clima de relajación psicológica, para disolver el estrés, y ayudar a alcanzar el aprendizaje.
Así pues, mi propósito no es agobiar a las personas con mis anécdotas de cómo ha sido mi vida, sino de cómo el buen uso de la música es capaz de rescatar lo que sería una mente perdida.
La música no es solo una simple combinación y sucesión de sonidos, es una fuerza misteriosa que ha ejercido una influencia poderosa en el individuo. Ha desempeñado un papel importante en el desarrollo de la humanidad y afecta al cuerpo y la mente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario